jueves, 29 de abril de 2010

El cigarrillo es enemigo de la pipa IV


Un excelente aliado para enfrentar al molesto cigarrillo, es el cigarro (o puro, como lo llamamos en Chile). A los fumadores de cigarrillos no se les puede combatir con el agradable aroma que deja el tabaco de pipa, pero sí con el olor fuerte y agresivo del cigarro. Da gusto ver cómo se cambian de mesa cuando uno se pone a fumar cerca de ellos. Cuántas camisas no he tenido que lavar con sólo dos horas de uso por quedar impregnadas con el inconfundible olor del cigarrillo. Pero ya sé darles donde les duele: tomen un poco de su propia medicina, hijos de puta.

La fotografía es de una instalación que improvisé sobre mi computador.

viernes, 23 de abril de 2010

La paradoja del fumador




Comienza a fumar porque le gusta el olor del tabaco, pero cuando él fuma no siente ese olor. Una solución para salir de esta paradoja: encerrarse en una pieza a fumar, con la puerta cerrada; luego salir de la pieza, respirar afuera al menos un minuto y luego entrar. Asunto arreglado.

miércoles, 21 de abril de 2010

Un buen apotegma

Los fumadores de pipa pasan mucho tiempo limpiando, preparándose y divirtiéndose con sus pipas. No tienen tiempo para tener problemas.
Bill Vaughan

lunes, 19 de abril de 2010

Y decían que estaba loco


Cuando Alfred Wegener planteó su teoría de la deriva continental, le dijeron de todo. Pero basta mirar la forma en que sostenía la pipa para darse cuenta de la firmeza de sus convicciones.

jueves, 15 de abril de 2010

Cargar la pipa IV: el método Frank


Este método requiere una cierta superficie de trabajo, así que no es aplicable en cualquiera ocasión. Es además bastante complejo de explicar por escrito, mejor ver los videos.

Acá se lo encuentra descrito paso a paso.

Proporciona un tiraje soberbio, una combustión pareja y fumadas más largas.

martes, 13 de abril de 2010

Cuántas pipas?






La pipa cumple la función de filtro, por ello se procuran materiales absorbentes como el brezo, la espuma de mar, la arcilla o el maíz. Luego de fumar, debemos dejarla descansar ojalá un par de días, para que una vez seca vuelva a cumplir esa función de manera cabal. Así que el número de pipas que necesitamos depende de cuántas veces al día fumemos. Si fumamos una pipa diaria, con tres pipas nos bastará. Si dos diarias, necesitaremos al menos seis, y así sucesivamente.

Ésto desde el punto de vista de la estricta necesidad--pero dice el rey Lear:

No se trata de necesidad
Hasta el último de los mendigos
Se permite algo superfluo entre sus míseros bienes



domingo, 11 de abril de 2010

Recomiendo los muebles de mimbre para sostener las pipas en países sísmicos


Muchas cosas se cayeron en mi casa la noche del terremoto del 27 de febrero, pero no mis pipas, que quedaron tal cual se les ve en la foto. La gracia está en el mueble de mimbre que las sostiene. Es muy flexible.

jueves, 1 de abril de 2010

Humedad del tabaco

















El tabaco debe estar en su correcto grado de humedad. Para comprobarlo, tomamos una pizca del mismo, la apretamos y soltamos sobre una superficie. Las hebras deben moverse retomando su forma, con cierta vida propia.
Si el tabaco tiende más bien a permanecer pegado, está demasiado húmedo. Costará encenderlo, costará mantenerlo encendido, y ensopará la pipa. Basta dejarlo extendido sobre una hoja de papel por 15 o 20 minutos, y repetir la prueba. En caso de urgencia --situación que en todo caso no se corresponde con la actitud normal de un fumador de pipa--, secándolo un poco en el tostador o en un sartén, con máxima precaución y a fuego mínimo, estará listo en un par de minutos.
Si el tabaco al comprimirlo más bien tiende a quebrarse, está demasiado seco. La solución es más compleja. Debe dejárselo en un recipiente hermético con algún elemento que le transfiera humedad, sin contaminarlo. Se usa mucho la hoja de lechuga, por su sabor neutro. Pero mucho mejor es algún trozo de ladrillo o de greda, que previamente habremos sumergido en agua por una media hora o algo más (sé de un fumador español que utiliza para esto venerables fragmentos de cerámica romana). Humedecer el tabaco de este modo tomará un día al menos. También existe una solución de emergencia: una vaporera.
Un frasco hermético, con un trozo de ladrillo humedecido en su interior es un perfecto humidor casero, que si tiene el tamaño adecuado sirve también para mantener los puros en buen estado.