miércoles, 16 de noviembre de 2011

Max und Moritz

Max y Mauricio son los protagonistas de un cuento famoso en Alemania. Son malísimos, y entre sus tropelías se cuenta la de la imagen: hacen explotar la pipa de este respetable cachimbero. Para tranquilidad de la comunidad de fumadores de pipa, al final los traviesos son convertidos en maíz y devorados por los patos. Otras versiones del cuento, sin duda más justicieras, terminan con los dos malulos cocinados en un horno (y es un cuento infantil, recomendado para 3-6 años de edad). Al final ¿qué es peor, que te metan en un horno o que te explote en la cara tu pipa preferida? Qué espanto.

domingo, 9 de octubre de 2011

Una pipa para cada personalidad

Encontré este antiguo afiche del vintage pipero, con curiosas y coloridas descripciones de personalidades asociadas a un modelo de pipa. Por ejemplo, según esta especie de zodíaco, el cachimbero que nació en noviembre representa al verdadero hombre del misterio, un conocedor de los secretos de la vida. ¡Por fin una pizca de sensatez sobre la Tierra! Por tanto, la pipa que debiese usar será una bulldog.

Qué duro debe ser necesitar atención y afecto como los que nacieron en julio. De todos modos, incluso hasta para ellos, pobrecitos, la pipa les ofrece un modelo que los personifica.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Fútbol, pipas e incienso









Un buen amigo vino a mi casa a ver el partido entre Chile y Venezuela por la Copa América. Tomamos té de rooibos y comimos animadamente de mi queque de zanahoria con nueces (me puso muy contenta que le gustara porque en un principio no lograba la simpatía de muchos). El partido, por desgracia, no avanzaba. Nos metieron un gol y mi amigo se cambió al vino tinto, acompañándolo de unas excelentes aceitunas que él mismo nos trajo. Empatamos. Buena noticia, había que brindar. Pero luego nos volvieron a meter un gol. Qué tragedia.

Fue entonces cuando dijo ‘bueno, ahora no queda más que prender la pipa’ a lo cual respondí sugiriéndole fumar en el patio. Casi afectado de ver que lo tratara como a un descarado fumador de cigarro, me dijo ‘pero ¡¿cómo?! si tú sabes que el humo de la pipa es incienso’. Así fue como terminamos fumando pipa en el living de la casa, viendo cómo el incienso subía por las escaleras y llegaba directo a mi pieza. Debo reconocer, en todo caso, que no se equivocaba. El olor del tabaco de pipa es delicioso, e indiscutidamente mejor que el pasoso incienso. Además, rápidamente calmó los ánimos y logró superar la derrota, pues ¡qué mejor que seguir el ritmo de las bocanadas al que nos obliga la pipa!

miércoles, 24 de agosto de 2011

jueves, 11 de agosto de 2011

Isabel Brain Valenzuela

Santiago, 1978. Estudió sociología en la Universidad Católica, y obtendrá el titulo de magister en filosofía de la Universidad de Chile, probablemente cuando finalice el paro de educación. Se dedica a la sociología urbana y, salvo un par de columnas y artículos académicos, no ha incursionado en la escritura poética.

domingo, 5 de junio de 2011

La pipa combina bien con la tecnología:

Lo demuestra esta imagen, que retrata el lugar de trabajo de José Joaquín.

sábado, 21 de mayo de 2011

Rodrigo Rojas

Lima, 1971. Ha publicado Desembocadura del Cielo (1996) y Sol de Acero (1999), ambos en Editorial Cuarto Propio, y Grand Central (Foro de Escritores, 2005). Sus poemas han aparecido en diversas revistas y antologías de Chile y el extranjero, entre ellas International Poetry Review, Split 580, Calabash, Anamesa y otras.

sábado, 7 de mayo de 2011

El despertar de Kant



(Tomado de Los últimos días de Emmanuel Kant, de Thomas de Quincey).

Traducción: Cristóbal Joannon (2011)

Exactamente cinco minutos antes de las cinco de la mañana, en invierno o en verano, Lampe, el mayordomo de Kant, quien había servido en el Ejército, marchaba a la pieza del filósofo con un aire de centinela en cumplimiento de su deber, y gritaba en tono militar: “Señor profesor, ya es hora”. Kant obedecía de manera invariable este llamado, sin demorarse, cual soldado que ha escuchado una orden; nunca, bajo ninguna circunstancia, se permitió una tardanza, incluso después de haber pasado una mala noche –algo raro en él. Cuando el reloj indicaba las cinco, Kant estaba sentado desayunando. Tomaba lo que él llamaba una sola taza de té; sin duda él creía que era así, pero el hecho es que, debido a su habitual distracción o bien al propósito de mantener la bebida caliente, llenaba su taza varias veces, y así bebía dos, tres o más. Inmediatamente después se fumaba una pipa de tabaco (la única que se permitía en toda la jornada), pero tan rápido que dejaba hebras encendidas sin fumar.

domingo, 24 de abril de 2011

La diferencia no es sutil

Esto es un cachimbero:
Y esto NO es un cachimbero:

domingo, 3 de abril de 2011

El cachimbero es solidario

La pipa se disfruta en soledad porque es un estímulo para el pensamiento reflexivo, y también en compañía, porque incita a la conversación y el intercambio de ideas. Por eso el fumador de pipa es solidario.

viernes, 11 de marzo de 2011

Pipas de trabajo

Las pipas livianas pueden sostenerse con los dientes, por lo que son más cómodas para trabajar. Suelen ser un poco más alargadas, para que la chimenea quede más lejos de la cara; esto permite alejar el humo de los ojos mientras se usan las dos manos, por ejemplo, para escribir en el computador.

miércoles, 9 de marzo de 2011

El cigarro es enemigo de la pipa VII


Suele compararse al fumador de pipa y al de cigarro, enfatizando especialmente sus diferencias. He podido comprobar una: cuando el fumador de cigarro interrumpe de manera abrupta su vicio, en general por razones médicas, una insistente ansiedad azota su ánimo; una amiga cercana, sin ir más lejos, padeció un insomnio tan maligno que simplemente no pudo resistir la experiencia y recayó con fuerza, desternillada de culpa. Al fumador de pipa le pasa otra cosa: padece una nostalgia difusa, como si hubiese perdido fotos familiares producto de un incendio; cuando vuelve a fumar se reintegra pacíficamente al curso normal de la existencia, por ejemplo a ese no hacer nada que ya hemos comentado aquí.

miércoles, 12 de enero de 2011

El tee de golf como atacador

La cabeza es excelente para apisonar el tabaco y el extremo aguzado óptimo para retirar el tabaco sobrante y la ceniza. Sólo hay que fijarse que sean de madera, pues los hay plásticos. También los hay metálicos. Los venden en las tiendas deportivas, por docenas y por cientos, así que perderlos no es ningún drama.

jueves, 6 de enero de 2011

Si se te rompe una pipa de choclo

No te sientas mal si se te rompe una pipa de choclo, no es tan grave.

lunes, 3 de enero de 2011

Interior/exterior


Mirando la pipa, se puede conocer el estado interior del fumador.