miércoles, 9 de marzo de 2011

El cigarro es enemigo de la pipa VII


Suele compararse al fumador de pipa y al de cigarro, enfatizando especialmente sus diferencias. He podido comprobar una: cuando el fumador de cigarro interrumpe de manera abrupta su vicio, en general por razones médicas, una insistente ansiedad azota su ánimo; una amiga cercana, sin ir más lejos, padeció un insomnio tan maligno que simplemente no pudo resistir la experiencia y recayó con fuerza, desternillada de culpa. Al fumador de pipa le pasa otra cosa: padece una nostalgia difusa, como si hubiese perdido fotos familiares producto de un incendio; cuando vuelve a fumar se reintegra pacíficamente al curso normal de la existencia, por ejemplo a ese no hacer nada que ya hemos comentado aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario